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Una guía fotográfica para que disfrutes de nuestras rectas.
Seguimos atravesando los campos de la estepa castellana por una carreterilla curvilínea, la VP-5507, hasta Villalán de Campos y, siguiéndola, después de 10,8 km, llegamos al cruce con la VA-504. En ese cruce giramos a la izquierda y hacemos 3 km por la VA-504 hasta Bolaños de Campos. Seguimos por carreteras provinciales y tomamos la VA-5505 de Bolaños a Villamuriel de Campos (9,6 km), de ahí a Palazuelo de Vedija (6,2 km) y ya hasta Medina de Rioseco (11 km).
Moral de la Reina:
Lo primero que nos sorprende a nuestra llegada por la carretera de Medina de Rioseco son los restos de la iglesia de San Juan. Donde veremos los arcos, puertas, paredes, incluso de la torre, donde se pretende instalar un mirador. Dentro del pueblo, lo mejor es la iglesia de Santa María, con un magnífico pórtico y espadaña que alegran el conjunto urbano basado en adobe en su inmensa mayoría. La iglesia de Santa María es un edificio del s.XV y la de San Juan es de tres naves y torre mudéjar. Su retablo mayor es de mediados del s.XVIII.
Cuenca de Campos:
Cuentan que el nombre de Cuenca viene de los vacceos, ‘Cancia», pero también hay quien dice que le viene por estar situado en una pequeña hondonada. Sea como fuere, es un pueblo cargado de historia que vivió años de esplendor, como así lo atestigua la existencia en épocas pasadas de hasta cinco iglesias y tres ermitas. Además, es un pueblo en el que el caserío está bien trazado y diseñado, donde sus calles convergen en la Plaza Mayor. Ahí se encuentra el ayuntamiento, un edificio del siglo XVII, con una soberbia entrada arqueada, uno de ellos más grande, del que se dice que era la entrada natural de los carruajes de principios del siglo XVI.
En la parte trasera del ayuntamiento se encuentra el edificio que conforma la Iglesia de San Justo y Pastor. Es del siglo XVI, mudéjar y con una recia torre. Pero es el interior lo que realmente no debemos perdernos; para empezar un artesonado de madera cubre la iglesia; le siguen los retablos, el del altar mayor dedicado a los santos patrones, obra de Pedro Bolduque (siglo XVI); el de la izquierda es barroco del siglo XVIII y el de la derecha es neoclásico también del XVIII. Para finalizar una sucesión de mocárabes y una sacristía que está recubierta con frescos del siglo XVII así como una platería del XV y el XVI. Se ha instalado en su interior el Museo de Arte Sacro que muestran más de 80 imágenes del genial escultor Alejo de Bahía.
La localidad de Cuenca de Campos posee el primer matadero de pichones, que abastece los mercados locales y nacionales. La carne de pichón se asemeja, por su calidad, a la de la codorniz de campo. Es una carne rosada, tierna y de sabor intenso. La demanda de esta carne ha llevado a diversos restaurantes de la Tierra de Campos a organizar anualmente unas jornadas gastronómicas dedicadas de forma monográfica al pichón.
Ceinos de Campos:
El origen se cree que fue allá por el año 1168, cuando se llamaba Cephinis, y cuando los templarios establecieron aquí una de sus abadías más importantes, a la que llamaron Santa María del Temple. De la desaparecida iglesia se conserva una arquería en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y existen restos de dicha iglesia románica en diversas viviendas particulares y en el cementerio, como columnas o arquerías
En 1799 el arquitecto neoclásico Francisco Álvarez Benavides construyó con los materiales de aquella el nuevo cementerio, en el que todavía se conserva un arco completo de la vieja iglesia.
Su edificio más significativo es la Iglesia de Santiago Apóstol, en un pequeño cerro a unos 50 metros de la carretera de Villalán de Campos. Data del siglo XVi, es de estilo renacentista y está construida en piedra y ladrillo. Destaca el retablo mayor, del siglo XVII con estatuas de su patrón, San Mamerto y de Santa Ana. Completan la decoración varias tallas e imágenes de los siglos XVI al XVIII, así como una Virgen de piedra del siglo XIII, que se cree que pertenezca a la iglesia antigua de los templarios. Al exterior se levanta su sobria torre.
También está la Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XV, de estilo románico-mudéjar. En el exterior podemos descubrir unas magníficas arquerías ciegas de ladrillo, al igual que el resto de la construcción. Presenta también un hermoso ábside, así como varios retablos e imágenes. No podemos olvidarnos del maravilloso órgano del siglo XVII ni de la decoración de yeserías de la nave central.
Hay un yacimiento arqueológico en el paraje conocido como Fuente de Santiago.
En la Plaza de los Descubridores, se han colocado tres monolitos que recuerdan a tres navegantes que se fueron del pueblo hacia América.
Por último, hay que descubrir los restaurantes locales para degustar algún plato típico, como el exquisito pollo de corral con cigalas.
Villalán de Campos:
La estrecha carretera que nos acerca a esta localidad, es un magnífico mirador natural de la comarca de Tierra de Campos, que sin ser un lugar destacado por su altura, sí permite apreciar diversos elementos del paisaje. Así se observa la planicie con alguna que otra loma del inmenso territorio cerealístico. Si desviamos nuestra mirada hacia el sur, contemplaremos la bonita estampa que nos muestra el pueblo de Aguilar de Campos, con su iglesia, los restos de su castillo, la ermita y el molino de viento.
Una vez llegados a Villalán, lo primero que veremos será la torre de Santa Cecilia, vestigio de lo que fuera una iglesia existente en el lugar, y de la que aparte de la torre, se conserva algún muro de escasa entidad y un arco, que permite hacernos una idea de las dimensiones de tal edificación. Es una torre del siglo XVI realizada en estilo mudéjar.
Hoy día existe una nueva iglesia, realizada en ladrillo, y en la cual se guarda una talla de la Virgen, de estilo rococó ,donde puede contemplarse un extraordinario trabajo en policromía.
Bolaños de Campos:
Fue una villa muy disputada en los conflictos fronterizos entre los reinos de Castilla y de León. De su antigua fortaleza queda tan sólo un muro de tapial en una altura conocida como El Palacio. Nos encontramos ante una localidad cargada de historia.
En torno a su plaza principal, se concentran sus principales monumentos, dos iglesias, una vieja casona y un rollo jurisdiccional. De las iglesias, la de Santa María, con un maravilloso coro de madera y la de San Miguel, una en cada extremo de la plaza. La vieja casona, a la que llaman «El Palacio», apenas mantiene en pie un tapial, que indica que pudo haber vivido años de gloria en tiempos pasados. El rollo jurisdiccional, que se ubica en el centro mismo de la plaza, data del siglo XV, y sobresalen las cuatro cabezas de león en lo alto del mismo, junto al pináculo.
Si queremos hacer una paradilla podemos acercarnos al parque-merendero que está instalado en la salida hacia Valdunquillo, donde aparte de los tradicionales columpios, también hay mesas, y las típicas barbacoas.
Villamuriel de Campos:
Posiblemente se trataba de un poblamiento campesino de origen celtíbero romanizado y no es de extrañar teniendo en cuenta que por esta zona pasaba la vía romana que se dirigía desde Clunia en Burgos hasta Astorga en León.
Pueblo eminentemente agrícola (cereal, alfalfa y girasol) y ganadero, mayoritariamente de ganado ovino. También posee plantaciones de chopos y cerezos.
Cabe la posibilidad de practicar senderismo y disfrutar de la naturaleza por los caminos de San Martín, Los Prados y El Redondal, los viejos caminos carretiles de Tras de Águilas, el Torrejón y la finca de Zalengas, donde existió un poblado medieval.
De la historia local cabe destacar la construcción del ramal ferroviario, en el siglo XX, que desde Medina de Rioseco pasaba por el pueblo en dirección a Palanquinos. El llamando tren Burra, que desapareció en 1969. En las afueras del pueblo se conserva la antigua estación y muy cerca de ella la antigua fábrica de ladrillos y tejas, que se empleaban para construir las estaciones de la línea. La chimenea se mantiene inhiesta.
Palazuelo de Vedija:
Posee un bien de interés cultural que es el palacio de los Cuadrilleros, actual sede del Ayuntamiento, y posiblemente de donde le viene el nombre. Por su parte, el apellido de «Vedija», significa la lana que se esquila o se cae de las ovejas.
Antes se dedicaban al comercio del cerdo y se les conocía como «los marraneros». Tiene merecida fama provincial por ser uno de los municipios con mayor producción y comercio de ganado porcino. El ayuntamiento de la ciudad erigió un monumento a esta profesión y se puede visitar un curioso museo o centro de interpretación de la matanza.
Sus principales monumentos se encuentran reunidos en torno a la Plaza Mayor, donde se ubican tanto la Iglesia de Nuestra Señora de Barruelo, como el Palacio de los Cuadrillero. La iglesia sorprende sólo con mirarla por el bellísimo Sagrado Corazón que culmina su torre. Es un edificio del siglo XVII, realizado en tapial, mampostería y ladrillo, con bóveda de arista en la nave principal y de cañón con lunetos en los brazos del crucero, en el que se levanta la cúpula. Además, posee varias joyas como son la cruz procesional del siglo XVII, una pila bautismal del XVI y un órgano también del XVII. Puede visitarse contactando con el Ayuntamiento.