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La búsqueda de soluciones concretas para cada actividad y un análisis en tiempo real de estrategias aportadas en otras zonas a nivel local, han llevado a conocer la situación actual del tejido empresarial del medio rural y las posibilidades que puede aportar la nueva situación para poder orientar y asesorar a las diferentes empresas. El estudio de situación de las empresas rurales en Castilla y León presentado, el pasado 21 de septiembre, se enmarca en el proyecto de cooperación regional LEADER +Empresas +Empleo +Rural, que coordina el Colectivo Tierra de Campos, en el que se han identificado las oportunidades para reactivar y mantener el tejido económico del medio rural, a partir de la situación generado por la covid-19.

El estudio engloba a once territorios rurales, geográficamente en seis provincias de Castilla y León, en los que se aprecia un intenso dinamismo económico y un mercado de trabajo creciente en la industria alimentaria, en los servicios turísticos y a la población flotante, incluso con la aparición de nuevas actividades como las relacionadas con las energías verdes. Hay en ellos un alto nivel de emprendimiento y se detecta una incorporación significativa de mujeres, con movimientos, excepcionales pero muy interesantes, de llegada de nuevos pobladores, retorno de la juventud, algunos locales… Incluso, a partir del año 2020 por causa de la covid-19, se aprecia un movimiento realmente significativo, aunque aún sin consolidar, de fijación de población, que antes era población temporal y que ahora está cambiando a permanente.

SOLUCIONES INNOVADORAS

Fomentar soluciones nuevas e innovadoras a los problemas locales para aprovechar las oportunidades, constituye una parte esencial del proyecto promovido por Grupos de Acción Local (GAL), entidades sin ánimo de lucro, de ámbito comarcal, dedicadas a realizar iniciativas que favorezcan el desarrollo económico y social en el medio rural.  Con esta iniciativa se impulsa el desarrollo sostenible del medio rural, mediante la innovación tecnológica, el apoyo al tejido empresarial y la generación de empleo, en el marco de la medida 19.3 (LEADER) del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León (201-2020), cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), Junta de Castilla y León y Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El informe, en el que han participado 843 empresas y en el que se ha entrevistado a 69 personas empresarias del medio rural, fue puesto de largo por el gerente del GAL ‘Colectivo Tierra de Campos’, Javier Paniagua; el presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, Enrique Cabero; y la coordinadora del grupo de investigación y Profesora de Geografía de la Universidad de Valladolid, Milagros Alario.

Paniagua hizo hincapié en que en los primeros 15 meses de andadura, el proyecto ha gestionado casi un millar de ofertas de empleo en los pueblos de la Comunidad, y más de 5.700 demandantes de empleo registrados en un portal que ayer tenía activas 78 ofertas de empleo. Un portal que también ha puesto en marcha espacios de aprendizaje para personas desempleadas.

TRANSFORMACIÓN DEL MODELO SOCIAL

Por su parte, Cabero señaló que el medio rural es «imprescindible para el desarrollo de Castilla y León, y necesario para la transformación del modelo social y económico que vivimos». Por ello «ha de ser un objetivo claro de los poderes públicos».

Milagros Alario apuntó que «puede haber riqueza y empleo en los pueblos, pero la juventud no querrá vivir en ellos si no hay otros jóvenes». El acceso a servicios análogos a los del medio urbano, la mejora del transporte y la conectividad son otros asuntos que señaló en su intervención.

Tras finalizar la rueda de prensa en la que se expusieron las conclusiones tuvo lugar la reunión del órgano de decisión de la cooperación del proyecto.

PRINCIPALES CONCLUSIONES

El informe ha estudiado el territorio de once Grupos de Acción Local (GAL), con perfiles diferentes: desde espacios de la Montaña Cantábrica, a otros de la vertiente septentrional de la Cordillera Central, pasando por territorios de la Ibérica, a los que se han sumado espacios de llanuras y valles del centro de Castilla y León. Aquí presentamos resultados generales que, obviamente, encubren diferencias significativas entre unos territorios y otros.

En los espacios rurales estudiados se aprecia un intenso dinamismo económico y un mercado de trabajo creciente en la industria alimentaria, en los servicios turísticos y a la población flotante, incluso con la aparición de nuevas actividades como las relacionadas con las energías verdes. Hay en ellos un alto nivel de emprendimiento y se detecta una incorporación significativa de mujeres, con movimientos, excepcionales pero muy interesantes, de llegada de nuevos pobladores, retorno de la juventud, algunos locales… Incluso, a partir del año 2020 por causa de la covid-19, se aprecia un movimiento realmente significativo, aunque aún sin consolidar, de fijación de población, que antes era población temporal y que ahora está cambiando a permanente.

Pero, quizá, la principal conclusión de lo que hemos analizado es que, a pesar de que la mayor parte de las políticas vinculadas al Desarrollo Rural se basan en incentivar el mercado de trabajo para fijar población parece obvio, por lo indicado hasta aquí, que el mercado laboral es un factor relevante pero no suficiente por sí mismo para solucionar los problemas de arraigo y atracción de población de los espacios rurales.

Uno de los problemas que ha aparecido recurrentemente en las entrevistas y las reuniones grupales, es la dificultad para personas trabajadoras en la comarca, tanto sin cualificación, como cualificados.